La noche cae sobre Jaén y los vampiros toman las calles.
Café Jaén fue el lugar de encuentro de los amantes de las novelas paranormales y románticas. Julio Olivares, profesor de Filología Inglesa en la Universidad de Jaén y experto en el género vampírico y su repercusión cultural en la sociedad moderna, fue el maestro de ceremonias de la presentación de la novela Amapola de sangre, de Enara de la Peña.
Los asistentes, más de cuarenta personas, escucharon el resumen del profesor Julio sobre la evolución del vampiro en la literatura del siglo XIX y XX, pasando por nombres tan reconocidos como Polidori, Bram Stoker, Anne Rice y terminando con las más actuales, como Charlaine Harris, cuyos vampiros serían los más cercanos en contexto a los descritos en la novela Amapola de sangre.
«Esta historia trata del hambre, del apetito», dijo el profesor tras leer un brevísimo fragmento del diálogo de la novela. «Amapola de sangre es mucho más que una historia de vampiros», añadió, «el vampiro sirve como pretexto para contar un viaje iniciático, de cómo Ariadna trata de ubicarse en la sociedad a través de los sentimientos, con personas que rozan con ella existencialmente».
Julio alabó los diálogos y las escenas descritas en la novela. «Hay mucho de cine aquí», aseguró. «La historia nos atrapa pues transcurre a través de fogonazos visuales», y concluyó insinuando que si había algún productor en la sala, no dudara en «hincarle el diente» a la novela.
La autora, Enara de la Peña, por su parte, habló de la influencia de su ciudad natal a la hora de ambientar la historia. «Quería traer el mito del vampiro a nuestras ciudades, a nuestras casas, sin tener que viajar hasta Nueva York», explicó. También habló de su protagonista, Ariadna, que en un principio no le caía bien, tal como relata: «Quería una Ari valiente, peleona, con carácter y que dijera palabrotas. Pero esa no era ella». «Es más», continuó, «¿cómo nos sentiríamos nosotros si reconociéramos a los vampiros? ¿Si tuviéramos que vivir con ese trauma? Ninguno saldría por ahí con una estaca en mano. Por eso creo que al final nos sentimos identificadas con ella, porque ella es muy real, muy auténtica y, al mismo tiempo, la que más valor demuestra a lo largo de la historia. Me gusta pensar que todos nosotros guardamos ese mismo valor en nuestro interior igualmente».
La velada concluyó con una maravillosa narración del profesor Julio de un fragmento del prólogo, realizando un impresionante ejercicio vocal que dejó la cafetería en absoluto silencio.
Por último, entre los asistentes se sortearon una decena de bolsas que la editorial Escarlata había enviado como obsequio.
Enara de la Peña
Add Comment